Informe de Política Monetaria (anterior Informe sobre Inflación)
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Nota: En adelante el capítulo V, “Riesgos a la estabilidad macroeconómica”, solo se publicará en los informes de marzo y de septiembre.
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COMUNICACIÓN Y TRANSPARENCIA
Las decisiones de política monetaria se anuncian una vez concluida la reunión mensual de la JDBR mediante un comunicado de prensa que se publica inmediatamente en la página electrónica del Banco de la República: www.banrep.gov.co.
Los informes sobre inflación, publicados trimestralmente, buscan hacer transparentes las decisiones de la JDBR, y contribuir a la mayor comprensión y credibilidad de la política monetaria. Específicamente, los informes sobre inflación tienen los siguientes objetivos: i) comunicar al público la visión de la JDBR y de la Gerencia Técnica del Banco acerca de la evolución reciente y esperada de la inflación y de los factores que la determinan a corto y a mediano plazos; ii) explicar las implicaciones de los anteriores factores para el manejo de la política monetaria dentro del esquema de meta de inflación; iii) explicar el contexto y el análisis que sustentaron las decisiones de la política monetaria durante el trimestre, y iv) proveer información que contribuya a la formación de expectativas de los agentes económicos sobre la trayectoria futura de la inflación y del crecimiento del producto.
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Item Open AccessInflation Report - December 2013(Banco de la República) Subgerencia de Estudios Económicos; Toro-Córdoba, Jorge Hernán; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Sección de Inflación; Cobo-Serna, Adolfo León; Amador-Torres, Juan Sebastián; Ávila-Montealegre, Oscar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Granados-Castro, Joan Camilo; Parra-Amado, Daniel; Sección de Programación Macroeconómica; Betancourt-García, Yanneth Rocío; Calderón-López, Luis Hernán; Sarmiento-Becerra, Gloria Inés; Torres-Gorron, Jhon Edwar; Asistente del Departamento de Programación e Inflación; Pérez-Amaya, Julián MauricioReportes, Boletines e Informes. 2013-12-12Inflation Report - December 2013Item Open AccessInflation Report - December 2018(Banco de la República) Office of the Deputy Technical Governor; Vargas-Herrera, Hernando; Office of the Deputy Governor for Monetary Policy and Economic Information; González-Gómez, Andrés; Programming and Inflation Department; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Galeano-Ramírez, Franky; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, DanielEn diciembre de 2018 la inflación y todas las medidas de inflación básica descendieron y se situaron cerca de la meta del 3%. Las expectativas de inflación a uno y más años se encuentran alrededor de 3,5%. Las nuevas cifras de actividad económica para el último trimestre de 2018 sugieren que el crecimiento económico se sigue recuperando desde niveles de producto inferiores a la capacidad productiva del país. La postura actual de la política monetaria es ligeramente expansiva.Reportes, Boletines e Informes. 2018-02-15Inflation Report - December 2018Item Open AccessInflation Report - June 2013(Banco de la República) Technical Office; Vargas-Herrera, Hernando; Economic Studies; Toro-Córdoba, Jorge Hernán; Programming and Inflation Department; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Inflation Section; Cobo-Serna, Adolfo León; Amador-Torres, Juan Sebastián; Ávila-Montealegre, Oscar; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Granados-Castro, Joan Camilo; Parra-Amado, DanielDurante el primer semestre de 2013 el comportamiento de la demanda externa fue algo más débil de lo previsto. En los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, el mayor gasto privado está siendo parcialmente contrarrestado por la consolidación fiscal, lo cual ha llevado a una leve disminución en la proyección del crecimiento de ese país. La contracción europea persiste, mientras que en Japón se observa una rápida recuperación de la actividad productiva. La expansión de buena parte de las economías emergentes de Asia y América Latina continúa siendo robusta, aunque menor a la prevista.Reportes, Boletines e Informes. 2013-06-06Inflation Report - June 2013Item Open AccessInflation Report - June 2019(Banco de la República) Office of the Deputy Technical Governor; Vargas-Herrera, Hernando; Office of the Deputy Governor for Monetary Policy and Economic Information; González-Gómez, Andrés; Programming and Inflation Department; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Galeano-Ramírez, Franky; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, Daniel; Rodríguez-Guzmán, Diego Arturo; Anzola, César; Méndez-Vizcaíno, Juan Camilo; Forero-Alvarado, Santiago; Moreno-Arias, Nicolás; Garavito-Acosta, Aarón Levi; Guarín-López, Alexander; Romero-Chamorro, José VicenteBanco de la República is currently in the process of modernizing its Inflation Report with the goal of communicating an analysis of economic conditions and forecasts for the economy in a better way. For that reason, as of the October edition, the report will be structured as follows: 1. Summary 2. Macroeconomic Forecasts 2.1 The External Context 2.1.1 External Demand 2.1.2 External Prices 2.1.3 International Financial Markets 2.2 The Domestic Context 2.2.1 Inflation 2.2.2 Economic Activity 2.2.3 Balance of Payments 3. The Current Economic Situation 3.1 Behavior of Inflation and Prices 3.2 Growth and Domestic Demand 3.2.1 GDP with respect to Spending 3.2.2 GDP on the Supply Side and Sector Indicators 3.3 The Labor Market 3.4 The Monetary and Financial Market This report (July) is a temporary and partial version of the document in its new format. Juan José Echavarría GovernorRecuadro 1 - Dinámica del consumo público en 2019. Autores: Juan José Ospina, Juan Sebastián CorralesRecuadro 2. Comportamiento reciente del PIB de la construcción y perspectivas para 2019. Autores: Juan Pablo Cote, Sergio RestrepoRecuadro 3. Efectos en el mercado laboral colombiano de la reciente migración desde Venezuela. Autores: José David PulidoReportes, Boletines e Informes. 2019-07-29Inflation Report - June 2019Item Open AccessInflation Report - March 2019(Banco de la República) Gerencia Técnica; Equipo Técnico; Vargas-Herrera, Hernando; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; González-Gómez, Andrés; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Galeano-Ramírez, Franky; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, DanielReportes, boletines e informes. 2019-05-20Inflation Report - March 2019Item Open AccessInflation Report - September 2013(Banco de la República) Gerencia Técnica; Vargas-Herrera, Hernando; Subgerencia de Estudios Económicos; Toro-Córdoba, Jorge Hernán; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Sección de Inflación; Cobo-Serna, Adolfo León; Amador-Torres, Juan Sebastián; Ávila-Montealegre, Oscar; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Granados-Castro, Joan Camilo; Parra-Amado, DanielLa información disponible hasta el tercer trimestre de 2013 muestra una economía mundial que se recupera de forma lenta. La economía de los Estados Unidos se expande a una tasa moderada y la de la zona del euro, aunque débil, muestra algunas señales de mejoría. Los grandes países emergentes de Asia y de América Latina crecen de forma heterogénea y en su mayoría presentan ritmos de expansión inferiores a los observados en 2012. La dinámica promedio de nuestros socios comerciales en 2013 probablemente será inferior a la del año anterior. Para 2014 se espera que la demanda externa se acelere, en especial por un mejor comportamiento de la economía estadounidense y por un crecimiento positivo en la zona del euro. Las tensiones en los mercados financieros internacionales, asociadas con la eventual reducción en la compra de activos por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), disminuyeron a lo largo del trimestre. El aumento en las tasas de interés de largo plazo observado a partir de mayo se revirtió parcialmente. Así mismo, en los países emergentes de la región las primas de riesgo descendieron, las monedas presentaron una apreciación moderada y los precios de los activos financieros se recuperaron. No obstante, las discusiones futuras sobre el techo de la deuda pública estadounidense pueden generar nuevas tensiones financieras y traer consecuencias negativas sobre la confianza, el crecimiento económico y las primas de riesgo mundiales. También, cabe esperar algo de volatilidad en los mercados financieros internacionales, relacionada con futuras acciones monetarias de la Fed.Reportes, Boletines e Informes. 2013-09-09Item Open AccessInflation Report June 2018(Banco de la República) Office of the Deputy Technical Governor; Vargas-Herrera, Hernando; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Parra-Amado, Daniel; Cobo-Serna, Adolfo León; Amador-Torres, Juan Sebastián; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Galeano-Ramírez, Franky; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Prieto-Sánchez, María AlejandraReportes, Boletines e Informes. 2018-11-14Inflation Report - June 2018Item Open AccessInflation Report March 2018(Banco de la República, 2018-11-07) Office of the Deputy Technical Governor; González-Gómez, Andrés; Office of the Deputy Governor for Monetary Policy and Economic Information; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Parra-Amado, Daniel; Cobo-Serna, Adolfo León; Amador-Torres, Juan Sebastián; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Prieto-Sánchez, María Alejandra; Martínez-Cortés, NicolásReportes, Boletines e Informes. 2018-11-07Inflation Report - March 2018Item Open AccessInflation Report September 2018(Banco de la República) Office of the Deputy Technical Governor; Vargas-Herrera, Hernando; Office of the Deputy Governor for Monetary Policy and Economic Information; González-Gómez, Andrés; Programming and Inflation Department; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cárdenas-Hurtado, Camilo Alberto; Cote-Barón, Juan Pablo; Galeano-Ramírez, Franky; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Calderón-López, Luis Hernán; López, David Camilo; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, DanielEn el tercer trimestre de 2018 la inflación se incrementó menos que lo esperado por los analistas y por el equipo técnico del Banco, y se mantuvo cerca de la meta del 3%. Las expectativas de inflación a uno y más años aumentaron levemente y oscilan entre 3,3% y 3,5%. El crecimiento de la economía en el tercer trimestre habría sido similar al registrado en la primera mitad del año (2,6%), con mayor capacidad subutilizada que en 2017.Reportes, Boletines e Informes. 2018-11-15Inflation Report - September 2018Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Abril 2022(Banco de la República) Gerencia Técnica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y Capacidades1.1 Resumen macroeconómico En el primer trimestre la inflación anual (8,5 %) continuó aumentando y superó de nuevo los pronósticos del promedio del mercado y del equipo técnico del Banco. En lo corrido del año todas las grandes canastas del índice de precios al consumidor (IPC) se aceleraron, y a marzo sus variaciones anuales se sitúan por encima del 3 %. El grupo de alimentos (25,4 %) continuó siendo el que más contribuyó al incremento de la inflación, afectado, en gran parte, por deterioros en la oferta externa y por costos crecientes de los insumos agrícolas. El aumento en los precios de algunos servicios públicos (energía y gas) y del transporte explicaron la aceleración en la canasta de regulados (8,3 %). Por su parte, la mayor persistencia de los choques de oferta y de costos externos, los efectos de la indexación, las presiones inflacionarias acumuladas provenientes de la tasa de cambio y un cierre de los excesos de capacidad productiva más rápido de lo previsto explicarían el aumento en la inflación sin alimentos ni regulados (4,5 %). Dentro de esta última canasta, las presiones externas alcistas han impactado de forma importante el grupo de bienes (6,4 %), el cual se viene acelerando desde el último trimestre de 2021. En el caso de los servicios (3,8 %), su variación anual por encima de la meta obedece principalmente al comportamiento de las comidas fuera del hogar (14,1 %), afectadas por el fuerte incremento en los precios de los alimentos, de los servicios públicos y del salario mínimo mensual legal vigente (SMMLV). Los precios de los arrendamientos y el resto de servicios registran aumentos crecientes, si bien aún inferiores al 3 %. El pronóstico y las expectativas de inflación aumentaron y se mantienen por encima de la meta como consecuencia, en parte, de unas presiones externas (precios y costos) más persistentes de lo estimado en el Informe de enero (gráficos 1.1 y 1.2). La invasión de Rusia a Ucrania ha intensificado estas presiones alcistas, en particular sobre los precios internacionales de algunos bienes e insumos agrícolas, la energía y el petróleo. Así, la nueva proyección de la inflación supone unos precios internacionales de alimentos que aumentarían hasta mediados de año y que se mantendrían altos y relativamente estables en el resto de 2022. Supone, asimismo, una recuperación menos dinámica de la oferta de alimentos perecederos como resultado de los altos precios de los insumos agrícolas. También, que los precios del petróleo empiecen a ceder desde el segundo semestre del presente año, pero desde valores superiores a los considerados en el Informe anterior. Frente al mismo, una senda proyectada de inflación más alta podría acentuar la indexación y elevar las expectativas de inflación. Adicionalmente, la reversión de la rebaja del impuesto al valor agregado (IVA) aplicada a productos de aseo e higiene por cuenta del vencimiento de la emergencia sanitaria generaría aumentos en los precios de estos bienes. A todo esto se suma la ausencia de excesos de capacidad productiva en el horizonte de pronóstico, con niveles de brecha de producto cercanos a cero y algo más altos de lo proyectado en enero pasado. Así, hasta junio la inflación anual continuaría en niveles altos similares a los actuales, para luego descender, aunque de una forma más lenta que la proyectada en el informe anterior. El proceso de ajuste de la tasa de interés de política monetaria contribuiría a que la inflación y sus expectativas retomen su convergencia a la meta en el horizonte de pronóstico. Así, al finalizar 2022 la inflación terminaría alrededor del 7,1 % para luego descender al 4,8 % en 2023. La actividad económica volvió a sorprender al alza y el pronóstico de crecimiento económico para 2022 aumentó desde el 4,3 % al 5 % (Gráfico 1.3). En el cuarto trimestre de 2021 el aumento anual del producto (10,7 %), superior al estimado, estuvo impulsado por la dinámica de la demanda interna, principalmente por el significativo desempeño del consumo privado, con niveles muy superiores a los registrados antes de la pandemia. La inversión también registró una recuperación importante, pero sin alcanzar los niveles de 2019 y con comportamientos mixtos en sus componentes. El déficit de la balanza comercial se amplió, con un notable crecimiento de las importaciones similar al de las exportaciones. Frente al Informe de enero, el índice de seguimiento a la economía (ISE) de enero y febrero sugiere que el nivel del producto del primer trimestre alcanzaría registros superiores a los estimados y que el choque de demanda positivo observado al final de 2021 podría estar desvaneciéndose más lentamente de lo anticipado. En el caso particular del consumo, las importaciones de bienes de este tipo, las cifras de comercio al por menor, los ingresos reales de restaurantes y hoteles, y las compras con tarjeta de crédito indican que el gasto de los hogares sigue dinámico, con niveles similares a los registrados a finales de 2021. Las cifras de lanzamientos e iniciaciones de obras y las importaciones de bienes de capital sugieren que la inversión se seguiría recuperando, pero mantendría valores inferiores a los de prepandemia. Para lo que resta del año se espera que el consumo se desacelere desde los altos niveles alcanzados en los últimos dos trimestres en el entorno de unas condiciones financieras internas y externas menos holgadas, agotamiento del efecto de demanda represada y deterioro del ingreso disponible debido al aumento de la inflación. La inversión continuaría recuperándose, mientras que el déficit comercial se reduciría, favorecido por los altos precios del petróleo y de otros bienes básicos que exporta el país. Con todo esto, se proyecta un crecimiento económico del 7,2 % (antes 5,2 %) para el primer trimestre y del 5,0 % (antes 4,3 %) para todo 2022. En 2023 el crecimiento del producto continuaría moderándose (2,9 %, antes 3,1 %), convergiendo a tasas cercanas a las de largo plazo. Las nuevas estimaciones sugieren que, en el horizonte de pronóstico, la brecha del producto se mantendría en niveles cercanos a cero, pero más cerrada que lo proyectado en enero (Gráfico 1.4). Estos pronósticos de actividad económica continúan enfrentando niveles altos de incertidumbre asociados con las tensiones geopolíticas y las condiciones del financiamiento externo, la incertidumbre propia del ciclo electoral y la evolución de la pandemia. La proyección del crecimiento de la demanda externa se redujo, en un contexto de mayores presiones sobre la inflación global, de altos precios del petróleo y de condiciones financieras internacionales menos holgadas que las estimadas en enero. La invasión de Rusia a Ucrania y sus efectos alcistas sobre los precios de algunos bienes e insumos agrícolas y las cotizaciones del petróleo acentuaron las presiones inflacionarias globales originadas por restricciones de oferta y aumento de costos internacionales. La caída en la oferta de crudo desde Rusia, los niveles bajos de inventarios y la persistencia de recortes de producción por parte de la Organización de Países Productores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) explican el alza en el supuesto del precio del petróleo para 2022 (USD 100,8 por barril, antes USD 75,3 por barril) y 2023 (USD 86,8 por barril, antes USD 71,2 por barril). En los Estados Unidos el aumento de la inflación y de sus expectativas, junto con el buen desempeño del mercado laboral y de la actividad económica, incrementaron la senda esperada de la tasa de interés de la Reserva Federal (Fed) para el presente y el siguiente año. La normalización de la política monetaria en varias economías desarrolladas y emergentes, los choques más persistentes de oferta y de costos, y los rebrotes del Covid-19 en algunos países de Asia contribuyeron a reducir el pronóstico promedio de crecimiento de los socios comerciales del país para 2022 (2,8 %, antes 3,3 %) y 2023 (2,4 %, antes 2,6 %). En este contexto, la senda proyectada de la prima de riesgo para el país aumentó, en parte como reflejo de las mayores tensiones geopolíticas globales, una política monetaria menos expansiva en los Estados Unidos, el incremento en la percepción de riesgo para los mercados emergentes y por factores internos, como los desbalances macroeconómicos acumulados y la incertidumbre política. Todo esto se resume en unas condiciones de financiamiento externo menos holgadas que las estimadas en enero. No obstante, los niveles de incertidumbre de los pronósticos externos y su impacto sobre el escenario macroeconómico del país se mantienen elevados, dada la imprevisible evolución del conflicto entre Rusia y Ucrania, así como de la pandemia. Este escenario macroeconómico, caracterizado por una alta inflación, pronósticos y expectativas de inflación superiores al 3 %, además de una brecha de producto cercana a cero, implica un mayor riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación y un espacio muy limitado para una política monetaria expansiva. Frente a los pronósticos del Informe de enero, el desempeño de la demanda interna ha sido más dinámico y los excesos de capacidad productiva se habrían cerrado más rápido. Además de este factor, las sorpresas al alza de la inflación total y básica son el reflejo de unos choques externos más fuertes y persistentes de oferta y costos. La invasión de Rusia a Ucrania hizo más agudas y persistentes las restricciones de oferta y las presiones de costos internacionales, y explicó, en parte, el incremento en la senda de pronóstico de la inflación, a niveles que superan la meta en los siguientes dos años. Las expectativas de inflación volvieron a incrementarse y superan el 3 %. Todo lo anterior aumentó el riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación y podría generar procesos de indexación generalizados que alejen aún más la inflación de la meta. Este nuevo contexto macroeconómico sugiere que habría un espacio muy reducido para una política monetaria expansiva. 1.2 Decisión de política monetaria La Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió continuar con el proceso de ajuste de la política monetaria y en sus reuniones de marzo y abril de 2022 decidió, por mayoría, incrementar la tasa de política monetaria en 100 puntos básicos (pb) en cada una, llevándola al 6,0 % (Gráfico 1.5).Recuadro 1. Comportamiento reciente del mercado de vivienda. Autores: Celina Gaitán Maldonado - Andrea Salazar Díaz - Nicol Rodríguez Rodríguez*Recuadro 2. Actualización metodológica de la Gran encuesta integrada de hogares (GEIH) y sus principales cambios. Autores: Didier Hermida -Karen L. Pulido-MahechaRecuadro 3. Difusión de la inflación en Colombia. Autores: Edgar Caicedo García - Santiago Dorado DíazReportes, Boletines e Informes. 2022-05-02Informe de Política Monetaria - Abril 2022Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Abril 2023(Banco de la República) Gerencia Técnica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y CapacidadesLa inflación habría alcanzado su máximo en marzo y empezaría a caer gradualmente a partir del segundo trimestre de 2023 hacia la meta del 3% en los siguientes dos años • En marzo de 2023, la inflación continuó aumentando y se ubicó en 13,3 %. Este incremento se explica principalmente por las siguientes razones: los precios de los alimentos perecederos aumentan a un ritmo algo mayor del esperado, la economía sigue presentando una demanda muy fuerte, por el uso de la alta inflación de 2022 en el cálculo de los ajustes de muchos precios en 2023, por los efectos acumulados de los aumentos de la tasa de cambio en los últimos meses, entre otros. • A partir del segundo trimestre la inflación empezaría a caer y esta reducción se daría durante los siguientes dos años. Lo anterior sucedería por alzas cada vez menores en los precios de los alimentos, por la moderación de las presiones de la tasa de cambio sobre los precios, y por unos costos logísticos de importación y precios de insumos, bienes y alimentos importados que se seguirían moderando. • Varios datos soportan esta reducción esperada de la inflación: menores aumentos de costos, como lo muestra el índice de precios al productor, reducciones en algunas medidas de la inflación esperada por quienes operan en los mercados financieros o monitorean el comportamiento de la economía, y aumentos más bajos observados en los precios de los alimentos. • Los ajustes acumulados en la tasa de interés de política monetaria contribuirán a bajar los excesos de gasto y disminuir la inflación. La economía mantendría los altos niveles de actividad ya alcanzados, pero con crecimientos bajos, los cuales permitirían reducir la inflación. • La economía está creciendo menos que el año anterior, lo cual es normal después de dos años de alto crecimiento que permitieron alcanzar niveles de producción elevados y reducciones importantes en la tasa de desempleo, la cual está en su nivel más bajo desde 2018. • Los elevados niveles de producción observados resultan de altos valores del gasto de hogares y firmas (consumo e inversión). Dicho gasto resulta excesivo en relación con el ingreso del país, como se refleja en el fuerte crecimiento de las importaciones y el amplio déficit externo en 2022. • El equipo técnico proyecta un crecimiento de la economía del 1% en 2023 y del 1% en 2024, principalmente por una moderación del consumo y de la inversión. • Estos bajos crecimientos permitirían que la inflación y el déficit externo se reduzcan en los siguientes dos años. Para cumplir con la estabilidad de precios y contribuir a que la economía colombiana crezca de manera sostenible se requiere un nivel alto de la tasa de interés de política. • Ante los altos niveles de demanda y de inflación, el Banco de la República ha ajustado la tasa de interés de política monetaria. • De septiembre de 2021 a abril de 2023, la Junta Directiva ha aumentado su tasa de interés de política monetaria del 1,75 % al 13,25 %. Recuadro 1 - Evolución reciente y perspectivas del mercado de vivienda en Colombia Nicol Rodríguez Corina Hernández Recuadro 2 - Evaluación del error de pronóstico macroeconómico en 2022 Sara Naranjo Saldarriaga Nicolás Moreno Arias Alexander Guarín LópezReportes, Boletines e Informes. 2023-05-02Informe de Política Monetaria - Abril 2023Item Open AccessInforme de Política Monetaria - abril 2025(Banco de la República) Gerencia Técnica; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y CapacidadesResumen macroeconómico Las condiciones de financiamiento externo del país se han tornado más restrictivas, en un entorno de tensiones comerciales globales debido al incremento de los aranceles en los Estados Unidos, de una alta volatilidad e incertidumbre en el mercado financiero internacional y de presiones al alza sobre la prima de riesgo de Colombia. Al tiempo, la incertidumbre alrededor de las tensiones comerciales y la perspectiva de mayores barreras al comercio implican choques negativos sobre la demanda externa del país, las remesas de trabajadores colombianos en el exterior y los precios de algunos de los principales bienes exportados. En marzo la Reserva Federal (Fed) mantuvo su tasa de interés de política monetaria entre el 4,25 % y 4,50%, en línea con lo esperado por el mercado y por el equipo técnico del Banco. En abril, los anuncios de aranceles en los Estados Unidos y la incertidumbre alrededor de los conflictos comerciales se han reflejado en una reducción en el pronóstico de crecimiento económico y en una mayor proyección de la inflación en ese país. Esta disyuntiva entre unas perspectivas de menor crecimiento y mayor inflación ha incrementado la volatilidad en los pronósticos de la tasa de interés de la Fed por parte del mercado, y también se ha traducido en menores perspectivas de crecimiento de los socios comerciales relevantes para el país. Con todo esto, en el presente Informe se supone que la tasa de interés de la Fed se reducirá de forma lenta, con tres descensos (antes dos) de 25 puntos básicos (pb) en 2025 y otros dos de la misma magnitud en 2026. Por su parte, la reducción en la cotización internacional de algunas materias primas exportadas relevantes para los ingresos del Gobierno Nacional (petróleo, carbón y níquel) deteriorarían los términos de intercambio en el horizonte de pronóstico. Por su parte, la prima de riesgo de Colombia se ha incrementado y se espera que las condiciones externas descritas, junto con el deterioro fiscal observado, continúen presionando al alza la prima de riesgo en el horizonte de pronóstico. La incertidumbre sobre los pronósticos externos y sobre su impacto en el país es inusualmente elevada, dadas las crecientes tensiones en el comercio exterior, las medidas migratorias, arancelarias y fiscales en los Estados Unidos, los conflictos en varias regiones del mundo, la percepción del riesgo soberano de Colombia, entre otros. Frente a lo proyectado en el Informe de enero, el crecimiento económico para 2025 se mantuvo en el 2,6% y el de 2026 se redujo al 3,0%. Estos pronósticos incorporan una demanda interna más dinámica en el primer trimestre de 2025, pero un efecto negativo en el horizonte de pronóstico sobre la economía colombiana originado en los aumentos de los aranceles y a su incertidumbre en los Estados Unidos. El crecimiento anual del PIB para el cuarto trimestre de 2024 (2,4%) resultó similar al proyectado (2,3 %), aunque con una demanda interna más dinámica (4,4 %, vs. 4,1 % estimada) y una contribución contable más negativa del balance comercial externo. El mayor crecimiento de la demanda interna, que completó cinco trimestres con aumentos en su nivel, se explicó por el mejor comportamiento de los inventarios y de la formación bruta de capital fijo (FBCF), de la inversión en maquinaria y equipo, y en otros edificios y estructuras. El aumento de las importaciones, superior a lo esperado, refleja la dinámica de la demanda interna y explicó la ampliación del desbalance comercial en términos reales. Las cifras disponibles de actividad económica para el primer trimestre de 2025 sugieren que la economía habría crecido a una tasa anual del 2,5 %, superior a la estimada en enero (1,8 %). Lo anterior, debido a una demanda interna (4,9%) que estaría resultando más dinámica, explicada por una mayor expansión del consumo privado (2,6%) y de la inversión (19,9%). Las importaciones se habrían acelerado en términos anuales (14,4 %), en línea con el dinamismo de la demanda interna, mientras que las exportaciones habrían reducido su ritmo de expansión (2,0 %). En lo que resta del año, los altos precios de varios productos agrícolas (v. g.: café), los elevados niveles de las remesas del exterior y la fuerte dinámica del turismo extranjero seguirían estimulando el ingreso disponible de los hogares y su gasto. La recuperación esperada del crédito, en un entorno de menores tasas de interés reales de préstamos y de moderación del riesgo de crédito, también contribuirían al crecimiento del producto. No obstante, los cambios en la política arancelaria en los Estados Unidos han incrementado el riesgo mundial y el costo de financiamiento externo, y tendrían un impacto negativo sobre la demanda de los bienes que exporta Colombia. Al incorporar la mejor dinámica esperada para el primer trimestre y el choque externo negativo, el pronóstico de crecimiento económico para 2025 se mantuvo en el 2,6 % y para 2026 se redujo del 3,4 % al 3,0 % (Gráfico 1.1). La anterior dinámica de la actividad económica se daría en un contexto de una política monetaria interna que se hace menos restrictiva en el tiempo, pero compatible con la convergencia de la inflación a la meta del 3,0% en el horizonte de pronóstico. Con lo anterior y con las revisiones en las cifras del producto interno bruto (PIB) publicadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), los excesos de capacidad productiva para 2025 serían algo menores que los estimados en el Informe de enero, y algo más amplios en 2026 (Gráfico 1.2). Estas estimaciones continúan sujetas a un alto grado de incertidumbre por factores externos (tensiones políticas y comerciales globales y la respuesta de los mercados financieros y la política monetaria en los países avanzados) e internos (incertidumbre sobre la política fiscal). En marzo la inflación total (5,1%) se redujo después de cuatro meses de estar relativamente estable, mientras que la inflación básica (4,8 %), sin alimentos ni regulados, mantuvo una tendencia decreciente. Se espera que la inflación continúe reduciéndose y converja a la meta del 3,0 % en el horizonte de pronóstico (gráficos 1.3 y 1.4). Frente a lo esperado en el Informe de enero, la inflación total en marzo descendió menos, debido a la aceleración de los precios de algunos servicios regulados (gas y transporte) y de los alimentos procesados. La reducción de la inflación básica, más acentuada de la esperada, compensó parcialmente las anteriores alzas y contribuyó a reducir la inflación total. Dentro de la inflación básica, varios ítems que componen los servicios, como las comidas fuera del hogar, la educación no regulada, la administración de edificios, servicios de salud, peluquerías, entre otros, registraron una variación anual inferior a la esperada; una situación similar se registró en los precios de varios bienes como ropa, celulares, vehículos, televisores, computadores, comida de animales, entre otros. Para lo que resta del año y para 2026 la inflación total continuaría su convergencia a la meta del 3 %, aunque a un ritmo más lento que el pronosticado en el Informe de enero. Esto, porque a lo largo de 2025 se registrarían algunos ajustes adicionales en los precios del gas y por las presiones al alza sobre los alimentos procesados provenientes de varios precios internacionales. Además, en 2026 varios grupos importantes del IPC (v. g.: arriendos) se indexarían a una tasa de inflación más alta proyectada para el final de 2025. No obstante, los efectos acumulados de la política monetaria, que se reflejan en una brecha del producto que se mantendría negativa en 2025 y 2026, y las presiones desinflacionarias provenientes de la tasa de cambio real seguirían contribuyendo a la convergencia de la inflación hacia su meta. Con todo esto, para el final de 2025 y de 2026 se proyecta una inflación total del 4,4% (antes 4,1 %) y del 3,0 % (manteniendo la misma cifra). Estas proyecciones continúan enfrentando una incertidumbre elevada, asociada, principalmente, con el comportamiento futuro de la tasa de cambio, con los impactos de la postura en la política comercial en Estados Unidos frente al comercio global, con los choques de oferta que afectan el precio internacional de los alimentos, con las disposiciones en materia de los ajustes en los precios de algunos bienes y servicios regulados, y con los efectos del aumento del salario mínimo en lo que resta del año. La postura restrictiva de la política monetaria sigue contribuyendo a la convergencia de la inflación hacia la meta; sin embargo, la inflación observada y la mayoría de las medidas de sus expectativas continúan por encima del 3%. Los indicadores de actividad económica para inicios del año señalan que el producto completaría seis periodos con aumentos trimestrales, con una dinámica de la demanda interna algo más fuerte de la esperada. Se sigue estimando que la economía presenta excesos de capacidad productiva que contribuyen a la reducción de la inflación. En el mercado laboral, la tasa de desempleo registra niveles que se pueden calificar como bajos con respecto a su historia, el empleo muestra una tendencia creciente, y el aumento real del salario mínimo, superior al aumento de la productividad laboral, se está reflejando en incrementos de precios en varios grupos del índice de precios al consumidor (IPC). En 2024 la posición externa completó dos años de reducción del déficit corriente como porcentaje del PIB, lo cual contribuye a la reducción de la vulnerabilidad externa del país. No obstante, el deterioro fiscal hace que el país sea más vulnerable ante un choque negativo de financiamiento externo. Hacia adelante se espera que las tensiones comerciales globales generadas por el aumento de los aranceles afecten negativamente la demanda externa del país, aunque el tamaño del impacto involucra una elevada incertidumbre. Al mismo tiempo, este choque externo negativo presionaría al alza la tasa de cambio. De igual manera, la debilidad fiscal del país presionaría al alza la prima de riesgo y la tasa de cambio. Se espera que la inflación continúe disminuyendo y converja al 3,0%, pero a un ritmo más lento que el pronosticado en el Informe de enero. Por su parte, las expectativas de inflación para diciembre de 2025 y 2026 continúan por encima del 3,0%. Frente a lo proyectado en enero se estiman unos excesos de capacidad productiva más moderados en 2025, pero más amplios en 2026. Estos senderos esperados de una tendencia decreciente más lenta de la inflación y unos excesos de capacidad productiva más moderados son compatibles con una postura de política monetaria en terreno restrictivo, que propenda por la convergencia de la inflación hacia la meta en el horizonte de pronóstico.Reportes, Boletines e Informes. 2025-05-05Informe de Política Monetaria - abril 2025Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Abril de 2020(Banco de la República, 2020-05-29) Equipo Técnico; Gerencia Técnica; Vargas-Herrera, Hernando; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Ospina-Tejeiro, Juan José; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Sección de Inflación; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cote-Barón, Juan Pablo; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pulido-Mahecha, Karen L.; Sección de Programación Macroeconómica; Garavito-Acosta, Aarón Levi; Calderón-López, Luis Hernán; González, Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Galeano-Ramírez, Franky; Asesores e Investigador asociado del Departamento de Programación e Inflación; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, Daniel; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Hamann-Salcedo, Franz Alonso; Sección de Pronóstico; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Romero-Chamorro, José Vicente; Forero-Alvarado, Santiago; Moreno-Arias, Nicolás; De Castro-Valderrama, Marcela; Naranjo-Saldarriaga, Sara; Sección de Desarrollo de Modelos y Capacidades; Guarín-López, Alexander; Anzola, César; Méndez-Vizcaíno, Juan CamiloDe acuerdo con el mandato constitucional, el Banco de la República debe “velar por mantener el poder adquisitivo de la moneda, en coordinación con la política económica general”[1]. Para cumplir con este mandato, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) adoptó como estrategia un esquema flexible de inflación objetivo, en el cual las acciones de política monetaria (PM) buscan conducir la inflación a una meta puntual y alcanzar el nivel máximo sostenible del producto y del empleo. La flexibilidad del esquema le permite a la JDBR mantener un balance apropiado entre el logro de la meta de inflación y el propósito de suavizar las fluctuaciones del producto y el empleo alrededor de su senda sostenible. La JDBR estableció una meta de inflación del 3%, planteada sobre la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC). En el corto plazo la inflación puede ser afectada por factores que están fuera del control de la PM, como por ejemplo cambios en los precios de los alimentos debido a fenómenos climáticos. Para incorporar lo anterior, la JDBR anuncia, junto con la meta, un rango de ±1 punto porcentual (3 ±1 pp), el cual no es un objetivo de la PM, pero refleja el hecho de que la inflación puede fluctuar alrededor de la meta, sin pretender que sea siempre igual al 3%. El principal instrumento que tiene la JDBR para el control de la inflación es la tasa de interés de política (tasa repo a un día o tasa de interés de referencia). Dado que las acciones de PM toman tiempo en tener un efecto completo sobre la economía y la inflación[2], para fijar su valor la JDBR evalúa el pronóstico y las expectativas de la inflación frente a la meta, así como el estado actual y las perspectivas sobre la evolución de la economía. La JDBR se reúne una vez al mes, pero solo en ocho meses sesiona de forma ordinaria para tomar decisiones de PM (enero, marzo, abril, junio, julio, septiembre, octubre y diciembre). En los cuatro meses restantes (febrero, mayo, agosto y noviembre) no se toman, en principio, decisiones de este tipo[3]. Al finalizar las Juntas donde se toman decisiones de PM, se publica un comunicado y se hace una rueda de prensa a cargo del gerente general del Banco y el ministro de Hacienda. El siguiente día hábil se publican las minutas de la Junta, donde se describen las posturas que llevaron a adoptar la decisión. Adicionalmente, en enero, abril, julio y octubre se publica, junto con las minutas, el Informe de Política Monetaria (IPM)[4] realizado por el equipo técnico del Banco: el miércoles de la semana siguiente a la Junta el gerente general aclara inquietudes sobre las minutas y el gerente técnico del Banco presenta el IPM. Este esquema de comunicación busca entregar información relevante y actualizada que contribuya a la toma de mejores decisiones por parte de los agentes de la economía[5]. ___________ Constitución Política de Colombia (1991), artículo 373 y Sentencia C-481/99 de la Corte Constitucional. Para un mayor detalle véase M. Jalil y L. Mahadeva (2010). “Mecanismos de transmisión de la política monetaria en Colombia”, Universidad Externado de Colombia, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, ed. 1, vol. 1, núm. 69, octubre. Un miembro de la Junta puede solicitar en cualquier momento una reunión extraordinaria para tomar decisiones de PM. Antes conocido como Informe sobre Inflación. El actual esquema de comunicación fue aprobado por la JDBR en la reunión de agosto de 2019.Recuadro 1. Aproximación al impacto del aislamiento preventivo sobre el crecimiento del PIB en 2020. Autores: Carlos Daniel RojasRecuadro 2. Medidas que ha implementado la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) para enfrentar los efectos del Covid-19 sobre la economía colombiana. Autores: Luis Hernán CalderónRecuadro 3. El choque del precio internacional del petróleo: características y perspectivas. Autores: Franky Juliano Galeano Ramírez, Andrea Salazar Díaz, Katherine Ramírez CubillosReportes, Boletines e Informes. 2020-05-04Informe de Política Monetaria - Abril de 2020Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Abril de 2021(Banco de la República) Vargas-Herrera, Hernando; Equipo Técnico; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Ospina-Tejeiro, Juan José; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Sección de Inflación; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cote-Barón, Juan Pablo; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Sección de Programación Macroeconómica; Garavito-Acosta, Aarón Levi; Calderón-López, Luis Hernán; González, Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Galeano-Ramírez, Franky; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Gomez-Beltran, Edward; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Hamann-Salcedo, Franz Alonso; Sección de Pronóstico; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Romero-Chamorro, José Vicente; Forero-Alvarado, Santiago; Moreno-Arias, Nicolás; De Castro-Valderrama, Marcela; Naranjo-Saldarriaga, Sara; Sección de Desarrollo de Modelos y Capacidades; Guarín-López, AlexanderDespués de la profunda caída de la actividad económica en el segundo trimestre de 2020, la recuperación ha sido consistentemente más vigorosa que la pronosticada por el equipo técnico del Banco. Al tiempo, las tasas de inflación total y básica han caído y permanecen en niveles bajos. Este hecho sugiere que una parte importante de la reactivación económica se relaciona con la recuperación del producto interno bruto (PIB) potencial y soporta el diagnóstico de una demanda agregada débil y amplios excesos de capacidad. Los datos más recientes del crecimiento de 2020 mostraron que la contracción de la actividad económica del año fue del 6,8 %, menor que la estimada en el Informe de Política Monetaria de enero (-7,2 %). A pesar de las cuarentenas y restricciones a la movilidad de enero, los indicadores de alta frecuencia apuntan a una economía que en el primer trimestre habría sido sustancialmente más dinámica de lo esperado. Esta recuperación ha venido acompañada por caídas en la inflación total y básica. La reducción de esta última fue menor que la proyectada en enero, una vez se aíslan cambios en algunos precios relativos, lo cual sugiere que las sorpresas recientes de crecimiento tienen elementos de demanda y que los excesos de capacidad, si bien amplios, podrían ser inferiores a los previamente estimados. No obstante, la incertidumbre sobre la medición de los excesos de capacidad sigue siendo inusualmente alta y acentuada por la heterogeneidad en la afectación de diferentes sectores económicos y componentes del gasto, así como por el comportamiento dispar de los precios. El tamaño de los excesos de capacidad, y especialmente la evolución de la pandemia en los próximos trimestres, constituyen riesgos sustanciales sobre el pronóstico macroeconómico del presente informe. A pesar de la fortaleza inesperada de la recuperación de la economía, el equipo técnico sigue estimando amplios excesos de capacidad, los cuales se mantendrían en el horizonte de pronóstico, al tiempo con una inflación básica que continuaría por debajo de la meta. La demanda interna sigue en niveles inferiores a los de 2019, en un entorno en el que la incertidumbre sobre el tamaño de los excesos de capacidad de la economía continúa siendo inusualmente alta (Gráfico 1.1). A esto se suma una alta tasa de desempleo nacional (14,6 % para febrero de 2021), que refleja un mercado laboral holgado. Las tasas de inflación total y básica observadas continúan por debajo del 2 %. Se estima que las presiones inflacionarias provenientes de la tasa de cambio siguen siendo bajas, con un traspaso a la inflación que ha sido relativamente reducido, lo cual es compatible con una brecha de producto negativa. La presencia de excesos de capacidad productiva y la proyección de la inflación básica por debajo de la meta del 3 % en el horizonte de pronóstico justifican la postura expansiva de la política monetaria. La valoración sobre algunos choques y sus efectos, así como la presencia de ciertas fuentes de incertidumbre y los supuestos sobre sus impactos macroeconómicos, se mantienen presentes en este informe. En particular, el Covid-19 sigue afectando la salud pública, y la apertura de la economía es incompleta. El equipo técnico juzga que este choque afecta tanto la demanda como la oferta agregada, pero también que el impacto en la demanda es más profundo y persistente. Dada esta persistencia, el pronóstico central incorpora un cierre gradual de la brecha del producto en ausencia de nuevas olas de contagio a medida que avanza la vacunación. El pronóstico central sigue incluyendo la expectativa sobre un aumento de las tasas de inflación total y básica en el segundo trimestre de 2021, producto de la devolución de alivios de precios temporales que tuvieron lugar en 2020. La aparición de rebrotes de la infección (de intensidad y duración inciertas) es un factor de riesgo importante que puede alterar las anteriores proyecciones. Adicionalmente, el pronóstico continúa incluyendo una senda creciente de las primas de riesgo soberano, como reflejo del mayor nivel de endeudamiento público que se ha alcanzado después de la pandemia y que persistirá probablemente en el horizonte de la proyección, aun en presencia de un ajuste fiscal. Asimismo, se incorporan los impactos de corto plazo que un ajuste fiscal como el propuesto por el Gobierno tendría en la demanda interna privada, y que serían compatibles con una senda de recuperación gradual de la misma en 2022. Las características y la magnitud del ajuste fiscal, así como la correspondiente respuesta de los mercados, son una fuente de incertidumbre para el pronóstico. Sin embargo, la nueva información disponible presenta algunos elementos que, si bien no cambian el diagnóstico general descrito, podrían estar señalando cambios apreciables en el escenario macroeconómico. Los datos más recientes sobre inflación, crecimiento, política fiscal y contexto internacional apuntan hacia una economía más dinámica de lo previsto. En contraste, la materialización del tercer pico de la pandemia en Colombia implica un retraso en el proceso de apertura de la economía y una desaceleración de la actividad económica. A continuación se presenta una descripción de estos elementos y de los cambios en el pronóstico macroeconómico. La caída anual estimada del PIB (-0,3 %) para el primer trimestre de 2021 es menos acentuada que la proyectada en enero pasado (-4,8 %). Los cierres parciales registrados en enero para enfrentar la segunda ola de contagios del Covid-19 habrían tenido un impacto negativo en la economía menos fuerte que lo estimado. Así lo sugieren los indicadores de movilidad, de demanda de energía, de industria y ventas minoristas, de comercio exterior, las cifras de transacciones comerciales de algunos bancos y el indicador de seguimiento a la economía (ISE) del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE). Con esto, se estima que en el primer trimestre el producto caiga un 0,3 % anual. El consumo privado seguiría recuperándose y mostraría un nivel algo superior al registrado un año atrás, mientras que el consumo público presentaría un aumento importante. Si bien se anticipa una recuperación en la inversión en vivienda y en otros edificios y estructuras, los niveles seguirían siendo bajos y la formación bruta de capital fijo continuaría con caídas anuales significativas. Las importaciones volverían a recuperarse a un mejor ritmo que las exportaciones, pero ambas registrarían descensos anuales importantes. La mejor dinámica observada de la actividad económica frente a lo proyectado, el incremento en los precios del petróleo y otros productos de exportación, junto con el aumento esperado del gasto público en el presente año, explican un alza en el pronóstico de crecimiento económico para 2021 (del 4,6 %, en un rango del 2 % al 6 % en enero, al 6,0 %, en un rango del 3 % al 7 % en abril). Con esto, la brecha del producto sería menor y se cerraría más rápido de lo previsto en el informe anterior, pero continuaría siendo negativa en el horizonte de pronóstico. La evolución futura de la pandemia implica una incertidumbre significativa alrededor de estos pronósticos, como lo refleja la amplitud de los intervalos de proyección. El retraso en la recuperación de la actividad económica resultante del rebrote del Covid-19 en el primer trimestre habría sido menor que el proyectado en el informe de enero. En el escenario central de pronóstico esta mejor dinámica continuaría en 2021 de la mano de los mejores niveles de confianza de los hogares y las empresas. Las tasas de interés reales bajas y una oferta de crédito activa también soportarían dicha dinámica. Estas condiciones impulsarían la recuperación del consumo y la inversión. A lo anterior se suma el mayor crecimiento del gasto público y las obras civiles que se deriva del Plan Financiero del Gobierno. Adicionalmente, la recuperación esperada de la demanda global y los mayores niveles proyectados del precio del petróleo y del café contribuirían a un mejor desempeño de los ingresos externos y favorecerían la inversión, principalmente la destinada al sector petrolero. Con todo esto, el pronóstico de crecimiento para 2021 se revisó al alza del 4,6 % en enero (en un rango del 2 % al 6 %) al 6,0 % en abril (en un rango del 3 % al 7 %). Estas proyecciones incluyen una estimación de los efectos de la tercera ola de contagio del Covid-19, con un impacto económico mayor y más persistente que la ola anterior, y suponen que no habrá rebrotes importantes adicionales de la pandemia, por lo cual las restricciones a la movilidad se volverían a flexibilizar. Para 2022 el crecimiento económico sería del 3 %, en un rango entre el 1 % y 5 %, cifra más baja que la estimación del informe de enero (3,6 %, en un rango entre el 2 % y 6 %), por cuenta de una mayor base de comparación, dada la revisión al alza del nivel del PIB en 2021. Este pronóstico incorpora los efectos sobre la demanda privada de un ajuste fiscal del tamaño propuesto por el Gobierno, el cual entraría en vigor en 2022. Los excesos de capacidad productiva serían menores que los estimados en enero, pero seguirían siendo amplios y con una elevada incertidumbre, como se refleja en la amplitud de los rangos de pronóstico. La posibilidad de nuevos rebrotes (de intensidad y duración inciertas) es un riesgo importante a la baja para la proyección de crecimiento del PIB, recogido en los límites inferiores de los rangos señalados. En marzo de 2021 la inflación (1,51 %) y la inflación sin alimentos ni regulados (SAR: 0,94 %) descendieron con respecto al dato de diciembre y continuaron por debajo de la meta del 3 %. En ese período la caída de la inflación resultó menor que la proyectada, hecho explicado en gran parte por aumentos no anticipados en algunos ítems de alimentos (3,92 %) y regulados (1,52 %). El incremento en los precios internacionales de los alimentos y de los fletes, la mayor demanda externa por carne bovina, así como presiones alcistas puntuales de oferta en el grupo de perecederos habrían explicado una desaceleración menor que la esperada en el índice de precios al consumidor (IPC) de alimentos. La sorpresa al alza en el grupo de regulados se debió a incrementos no anticipados en los precios internacionales de los combustibles, de algunos servicios públicos y de la educación regulada. El descenso de la inflación anual SAR entre diciembre y marzo fue similar al estimado en enero, aunque con un impacto importante a la baja causado por reducciones significativas de las tarifas de telefonía ante la entrada inminente de un nuevo operador. Si se descuenta el efecto de este cambio en dicho precio relativo, la inflación SAR habría superado el pronóstico del informe anterior. Dentro de esta medida de la inflación básica, el IPC de bienes (1,05 %) se aceleró debido a la reversión del efecto del día sin IVA (noviembre), la cual fue capturada en gran medida en febrero, y posiblemente por la transmisión de la reciente depreciación del peso a los precios internos de algunos ítems (electrodomésticos y aparatos de uso doméstico). Por su parte, los precios de la canasta de servicios se desaceleraron y presentaron el menor crecimiento anual (0,89 %) entre los grandes grupos del IPC. En esta última canasta los ajustes anuales de los arriendos continuaron cediendo, los servicios con más restricciones para normalizar sus operaciones (turismo, cine, discotecas, etc.) siguieron registrando caídas importantes de precios y, como se mencionó, las tarifas de telefonía descendieron de forma sustancial por cuenta de una mayor competencia en dicho mercado. En lo que resta de 2021 y en 2022 la inflación total seguiría siendo afectada por unos amplios excesos de capacidad productiva, aunque menores que los estimados en enero. Con esto, la convergencia de la inflación a la meta sería algo más rápida que la estimada en el informe pasado, en ausencia de rebrotes fuertes del Covid-19. Para finales de ambos años el pronóstico de inflación del equipo técnico aumentó e indica que esta se situaría alrededor del 3 %, en buena medida por cambios en los precios de los alimentos y los regulados. Las proyecciones de la inflación SAR también subieron, pero se mantienen por debajo del 3 %. En el segundo semestre de 2021 los alivios de impuestos indirectos registrados en 2020 se revertirían y tendrían un efecto por una sola vez sobre el nivel de precios, impactando transitoriamente la inflación SAR. No obstante, la indexación a una baja tasa de inflación pasada, la debilidad en la demanda y unos amplios excesos de capacidad productiva mantendrían la inflación básica por debajo de la meta, cercana al 2,3 % al final de 2021 (antes 2,1 %). La reversión en 2021 de los efectos de los alivios a los precios de los servicios públicos de 2020 debería generar un incremento del IPC de regulados en el segundo semestre de este año. La variación anual de estos precios sería mayor que la estimada en el informe de enero debido a una mayor senda esperada del precio de los combustibles y por los aumentos no anticipados en los precios de la educación regulada. La proyección del IPC de alimentos aumentó frente al informe pasado, al incorporar los factores no anticipados en enero (ciclo agrícola menos favorable, mayores presiones provenientes de los precios internacionales y costos de transporte). Con todo esto, al final de 2021 y 2022 la inflación anual se situaría en el 3 % y el 2,8 %, respectivamente, tasas mayores que la proyectadas en enero (2,3 % y 2,7 %). Para los mismos años, las expectativas de inflación de los analistas económicos sugieren que la inflación se situaría en el 2,8 % y 3,1 %, respectivamente. Los pronósticos de inflación de este informe involucran una elevada incertidumbre debido a: 1) la evolución futura de la pandemia; 2) la dificultad para evaluar el tamaño y la persistencia de los excesos de capacidad productiva; 3) el momento y la medida en que se reviertan los alivios de precios y, 4) el comportamiento futuro de los precios de los alimentos. Para 2021 se revisaron al alza el pronóstico de crecimiento de la demanda externa (del 4,4 % al 5,2 %) y el supuesto del precio promedio del petróleo (de USD 53 a USD 61 por barril Brent). Las tasas de interés externas de largo plazo aumentaron y se han reflejado en una depreciación del peso, lo cual podría resultar en condiciones financieras externas menos holgadas para los países emergentes, incluido Colombia. En el cuarto trimestre de 2020 el crecimiento económico promedio de los socios comerciales del país fue mejor que el esperado. Esta mejor dinámica, junto con el fuerte estímulo fiscal aprobado en los Estados Unidos y el inicio de la vacunación masiva en el mundo, explican gran parte del alza en el pronóstico de crecimiento de la demanda externa para 2021. A esto se suma la resiliencia del mercado de bienes ante la crisis mundial y la normalización esperada del comercio global. Estos factores y las menores restricciones esperadas a la movilidad deberían contribuir a que los socios comerciales alcancen en 2021 un crecimiento promedio del 5,2 % y de alrededor del 3,4 % para 2022, más cercano al de largo plazo. Las mejores perspectivas de crecimiento global elevaron el precio del petróleo y sus pronósticos, a lo cual también contribuyó la interrupción de la producción ocasionada por el fuerte invierno, los menores inventarios y las mayores restricciones de oferta por parte de los principales países productores. En los Estados Unidos los anuncios recientes de la Reserva Federal y los pronósticos del mercado sugieren que su tasa de interés de política permanecerá estable en los siguientes dos años. No obstante, el fuerte incremento del gasto público en ese país generó expectativas de mayor crecimiento e inflación, así como mayor incertidumbre sobre el momento en que se inicie la normalización de su política monetaria. Lo anterior se reflejó en un alza de las tasas de interés de largo plazo. En este entorno, las economías emergentes de la región, incluida Colombia, registraron aumentos en sus primas de riesgo, en las tasas de interés locales de largo plazo y una depreciación de sus monedas frente al dólar. Los recientes rebrotes del Covid-19 en varias de estas economías; las limitaciones de oferta de vacunas, y la lentitud observada en los sistemas de inmunización de algunos países; el fuerte incremento en los niveles de deuda pública, y las tensiones entre los Estados Unidos y China, entre otros, son factores que generan una elevada incertidumbre sobre los diferenciales de tasas de interés, las condiciones de financiamiento externo y el comportamiento futuro de las primas de riesgo. El impacto que esto tenga sobre la tasa de cambio y sobre las condiciones financieras internas son riesgos sobre el pronóstico macroeconómico y la política monetaria. Las condiciones financieras internas siguen favoreciendo la recuperación de la actividad económica. La transmisión de las reducciones en la tasa de interés de política hacia las tasas de interés de crédito ha sido significativa. La cartera bancaria se sigue recuperando, en un entorno en el que la pandemia ha afectado la oferta y la demanda de préstamos, y en el que se ha materializado el riesgo de crédito. Las tasas de interés de los préstamos comerciales preferenciales y ordinarios se han reducido en una magnitud similar a las caídas de la tasa de interés de política. Como se ha observado históricamente, esta transmisión ha sido más lenta hacia las tasas de interés de los créditos de consumo, y aún más demorada hacia las tasas de interés hipotecarias. En marzo el monto del crédito comercial se estabilizó en niveles superiores a los registrados antes de la pandemia, después del aumento generado por las fuertes necesidades de liquidez de las empresas en el segundo trimestre de 2020. La cartera dirigida a los hogares se sigue recuperando y ya supera los valores observados en febrero del año anterior. No obstante, el crecimiento de la cartera total es bajo. Al tiempo, las provisiones de cartera y el indicador de mora se incrementaron, y las utilidades de los establecimientos de crédito se deterioraron. A pesar de esto, los desembolsos de crédito se siguen recuperando y los indicadores de solvencia siguen muy por encima del mínimo regulatorio. 1.2 Decisión de política monetaria En las reuniones de marzo y abril la JDBR decidió mantener la tasa de política monetaria inalterada en 1,75 %.Recuadro 1 - La transmision de los cambios en la tasa de interes de política monetaria (TPM) hacia las tasas de interés de los establecimientos de credito (EC). Autores: Isleny Carranza Amortegui, Deicy Cristiano Botia, Eliana González Molano, Carlos Huertas CamposRecuadro 2. Análisis de las expectativas macroeconómicas implícitas en los instrumentos del mercado financiero. Autores: Hernando Vargas, Alexander Guarín, Anderson Grajales-Olarte, Jonathan MuñozReportes, Boletines e Informes. 2021-05-03Informe de Política Monetaria - Abril de 2021Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Abril de 2024(Banco de la República) Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Asistente del Departamento de Programación e Inflación; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y CapacidadesLa inflación sigue descendiendo, pero se ubica por encima de la meta del 3%, y se proyecta que continúe bajando hasta alcanzarla en 2025. El crecimiento económico es bajo, pero se recuperaría y en 2025 la actividad económica llegaría a una senda que se puede sostener en el tiempo sin causar cambios indeseados en la inflación, el empleo o el déficit externo. La tasa de interés de política monetaria actual es compatible con la convergencia de la inflación a la meta en 2025 y con la recuperación del crecimiento económico en los próximos dos años. La inflación anual completó un año reduciéndose. Las proyecciones indican que este comportamiento continuaría y la inflación se ubicaría en el 5,5% en diciembre y que se alcanzaría la meta del 3% en 2025. • En marzo la inflación total fue 7,4% y completó un año de reducciones desde el máximo registrado un año atrás (13,3%). En el primer trimestre de este año todos los principales componentes de la inflación cayeron (alimentos, servicios, bienes y regulados). • El descenso de la inflación ha resultado algo mayor de lo esperado debido al comportamiento de los precios de los alimentos y de algunos bienes. • Las menores presiones de la tasa de cambio sobre los precios, la desaceleración de la demanda y la finalización de los ajustes en los precios de los combustibles contribuyeron a reducir la inflación. • La reducción de la inflación se ha visto limitada por el alza en las tarifas de los servicios, en buena parte, porque varias de estas se actualizaron con la alta inflación observada (lo que se conoce como indexación). • Al descenso de la inflación y su convergencia hacia la meta del 3% seguirían contribuyendo el efecto acumulado de las acciones de política monetaria, una demanda débil en presencia de excesos de capacidad productiva de la economía y un comportamiento de la tasa de cambio que continuaría ejerciendo presiones bajistas sobre los precios. • Persisten algunos riesgos que podrían hacer que la inflación se reduzca de forma más lenta de lo proyectado como, por ejemplo, posibles aumentos represados en las tarifas de servicios públicos y transporte, un aumento no esperado de la tasa de cambio y/o condiciones climáticas adversas que afecten los precios de los alimentos. En 2024 la economía se recuperaría y al final del siguiente año alcanzaría una senda que no causaría cambios indeseados en la inflación, el empleo o el déficit externo del país • Después del significativo crecimiento de la economía en 2022 (7,3%) que situó al PIB en niveles altos, la expansión de la actividad económica para todo 2023 fue del 0,6%. En el primer trimestre de 2024 la economía habría mejorado frente a lo observado a finales del 2023, impulsada por niveles de actividad elevados en el sector agrícola que reflejan la alta oferta registrada en estos meses • El ajuste necesario de la actividad económica se dio en medio de los efectos acumulados de las acciones de política monetaria para combatir la alta inflación, altos costos de financiamiento externo, y de niveles bajos en los indicadores de confianza de empresarios y consumidores. • El mercado laboral continúa mostrando tasas de desempleo en niveles bajos frente a su historia, aunque con deterioros del empleo en los últimos meses. • Hacia adelante, los niveles de actividad económica continuarían recuperándose. Esto se daría en un entorno de condiciones de financiamiento externo menos restrictivas y de reducciones en la tasa de interés de política monetaria, a medida que la inflación se acerque gradualmente a la meta del 3%. o Para 2024 se proyecta un crecimiento económico del 1,4%, impulsado por el consumo y a pesar de un débil desempeño esperado de la inversión. o Para 2025 el crecimiento sería del 3,2%, con un consumo que continuaría mejorando, una inversión que se recuperaría desde los muy bajos niveles de 2024 y una recuperación gradual de las exportaciones. • El menor crecimiento de la economía colombiana se ha reflejado en una reducción del amplio desequilibrio externo observado en 2022 y resulta, por ende, en una menor vulnerabilidad ante los cambios en las condiciones internacionales. Dada la disminución de la inflación y de sus expectativas, la moderación de la demanda interna y el balance externo más sostenible, la Junta Directiva del Banco de la República, decidió en su reunión de abril continuar con la reducción de la tasa de interés de política monetaria, ubicándola en 11,75%. • La postura de la política monetaria ha contribuido a la disminución de los desequilibrios macroeconómicos del país, como, por ejemplo, la alta inflación, los excesos de gasto y crédito, y el fuerte déficit externo. • En un contexto de disminución de la inflación y ajustes de algunos desbalances macroeconómicos, la Junta Directiva comenzó desde diciembre de 2023 a reducir la tasa de interés de política monetaria, acumulando 150 puntos básicos. • La tasa de interés actual es compatible con que la inflación alcance la meta del 3% en 2025 y el crecimiento económico sea sostenible en el tiempo.Recuadro 1 - Un indicador de los servicios de transporte para medir la actividad económica colombiana Autores: Karen L. Pulido-Mahecha, Juan Sebastián Silva-Rodríguez y Juan Felipe Carmona-PascualesRecuadro 2 - Evolución reciente y perspectivas de la inversión Autores: Camilo López, Andrés Herrera, Nicol Rodríguez y Sebastián QuinteroRecuadro 3 - Evaluación del error de pronóstico macroeconómico de 2023 Autores: Jonathan Alexander Muñoz Martínez y Julián Mauricio Pérez AmayaReportes, Boletines e Informes. 2024-05-03Informe de Política Monetaria - Abril de 2024Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Enero 2023(Banco de la República) Gerencia Técnica; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y CapacidadesResumen macroeconómico En diciembre la inflación total (13,1 %) y el promedio de las medidas de inflación básica (10,3%) continuaron con su tendencia creciente, con registros superiores a los estimados por el equipo técnico del Banco y por el promedio del mercado. Las expectativas de inflación a todos los plazos superan la meta del 3 %. En ese mes todos los grandes grupos del índice de precios al consumidor (IPC) registraron incrementos superiores a los estimados y los indicadores de difusión continúan mostrando aumentos generalizados de precios. Las presiones cambiarias acumuladas sobre los precios, la indexación a tasas altas de inflación y algunos choques particulares de oferta de alimentos explicarían, en parte, la aceleración de la inflación. Lo anterior, en un contexto de excesos de demanda importantes, de un mercado laboral ajustado, y de unas expectativas de inflación a distintos plazos que superan la meta del 3 %. Frente al Informe de octubre, el sendero de pronóstico de la inflación total y básica (sin alimentos ni regulados: SAR) aumentó, como reflejo de mayores presiones cambiarias acumuladas, de una indexación de los precios a una tasa de inflación más elevada (IPC e índice de precios al productor: IPP) y del aumento en los costos laborales debido a un ajuste del salario mínimo mayor que el estimado. No obstante, se espera que a comienzos de 2023 la inflación total comience a ceder, aunque desde un nivel más alto que el estimado en octubre. Lo anterior estaría sustentado inicialmente en la desaceleración proyectada del IPC de alimentos, debido a una base de comparación en niveles elevados, a la disolución esperada de los choques que han afectado a los precios de estos productos, y a la mejora estimada en la oferta externa e interna en este sector. Por su parte, el deterioro del ingreso real de las familias por la alta inflación, el agotamiento de los efectos de una demanda represada y unas condiciones financieras externas e internas más apretadas contribuirían a diluir los excesos de demanda en 2023 y a reducir la inflación. A finales de 2023 tanto la inflación total como la básica (SAR) alcanzarían el 8,7 %, y a diciembre de 2024 se situarían en el 3,5 % y 3,8 %, respectivamente. Estos pronósticos tienen una incertidumbre elevada, relacionada en especial con el comportamiento futuro de las condiciones financieras internacionales, la evolución de la tasa de cambio, el ritmo de ajuste de la demanda interna, el grado de indexación de los contratos nominales y las decisiones que se tomen en cuanto al precio interno de los combustibles y de la energía eléctrica. En el tercer trimestre la actividad económica volvió a sorprender al alza y la proyección de crecimiento para 2022 aumentó al 8,0 % (antes 7,9 %), pero disminuyó para 2023 al 0,2 % (antes 0,5 %). Con esto, los excesos de demanda continúan siendo importantes y se sigue estimando que se diluyan en el presente año. El crecimiento económico anual del tercer trimestre (7,1 % DAEC) resultó mayor de lo estimado en octubre (6,4 % DAEC), debido a una demanda interna más fuerte, específicamente por una inversión mayor de la esperada. El consumo privado cayó desde el nivel elevado observado un trimestre atrás y las exportaciones netas registraron una contribución más negativa de la prevista. Para el cuarto trimestre los indicadores de actividad económica sugieren que el producto interno bruto (PIB) habría mantenido un nivel alto y similar al observado en el tercero, con una variación del 4,1 % anual. La demanda interna se habría desacelerado en términos anuales, aunque a niveles que habrían continuado por encima de los del producto, por cuenta, principalmente, de un elevado consumo privado. La inversión se habría reducido levemente a un valor similar al promedio observado en 2019. El déficit comercial real habría disminuido, debido a una caída de las importaciones más fuerte que el descenso estimado en las exportaciones. Se espera que en el horizonte de pronóstico el consumo se reduzca desde los elevados niveles actuales, en parte como consecuencia de unas condiciones financieras internas más apretadas y de un deterioro del ingreso real a causa de una inflación alta. La inversión también se disminuiría y se situaría de nuevo en niveles inferiores a los observados antes de la pandemia. En términos reales, el déficit comercial se reduciría debido a una menor dinámica proyectada de la demanda interna y a una mayor depreciación real acumulada. Con todo esto, el crecimiento económico para todo 2022, 2023 y 2024 se situaría en el 8,0 %, 0,2 % y el 1,0 %, respectivamente. Los excesos de demanda se mantienen elevados (medidos con la brecha de producto) y se estima que se diluirían en 2023 y podrían tornarse negativos en 2024. Si bien el pronóstico macroeconómico incluye una desaceleración marcada de la economía, no puede descartarse un ajuste aún mayor de la absorción interna. Esto, por cuenta de los efectos acumulados de unas condiciones financieras externas e internas más apretadas, entre otras razones. Estas estimaciones continúan sujetas a un alto grado de incertidumbre, asociado, entre otros factores, con las tensiones políticas globales, el cambio de las tasas de interés internacionales y sus efectos sobre la demanda externa, la aversión global al riesgo, los efectos de la reforma tributaria aprobada, los posibles impactos de las reformas anunciadas para este año (pensional, salud, laboral, entre otras) y las medidas futuras en materia de producción de hidrocarburos. En 2022 el déficit en la cuenta corriente habría sido elevado (6,3 % del PIB), pero se corregiría significativamente en 2023 (al 3,9 % del PIB) de la mano de la desaceleración prevista para la demanda interna. Pese a unos favorables términos de intercambio, el alto desbalance externo que se alcanzaría en el año sería consecuencia, principalmente, del crecimiento de la demanda interna, las presiones de costos asociadas con los altos precios de los fletes, el incremento de los pagos por servicio de la deuda externa y el buen desempeño de las utilidades de las empresas extranjeras. Para 2023 el ajuste de la demanda interna se vería reflejado en un menor déficit en la cuenta corriente, en especial por unas menores importaciones, una moderación global de los precios y de las presiones de costos, y una reducción de las utilidades remitidas al exterior por las empresas con inversión extranjera directa (IED) enfocadas al mercado local. A pesar de esta corrección esperada del desbalance externo, su nivel como porcentaje del PIB se mantendría alto en un contexto de condiciones financieras apretadas. En las principales economías del mundo, los pronósticos y expectativas de la inflación indican una reducción de este indicador para 2023, pero a niveles que todavía superan las metas de sus bancos centrales. La senda esperada de la tasa de interés de la Reserva Federal (Fed) aumentó y el pronóstico de crecimiento global se sigue moderando. En el cuarto trimestre de 2022 los costos logísticos y los precios internacionales de algunos alimentos, del petróleo y de la energía han descendido desde niveles elevados, y han generado presiones a la baja sobre la inflación global. Por su parte, el mayor costo de financiamiento, la pérdida de ingreso real por los altos niveles de inflación mundial y la persistencia de la guerra en Ucrania, entre otros factores, han contribuido a la reducción de los pronósticos de crecimiento económico global. En los Estados Unidos la inflación resultó menor que la estimada y los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés) redujeron el pronóstico de crecimiento para 2023. No obstante, en ese país el valor observado de la inflación, sus proyecciones y expectativas superan su meta, el mercado laboral sigue apretado y la política fiscal continúa expansiva. En este entorno, la Fed elevó la senda esperada de tasas de interés de política y, con esto, para 2023 el promedio del mercado estima unos niveles más altos que los proyectados en octubre. En las economías emergentes de la región, las primas de riesgo país se redujeron en el trimestre y sus monedas se apreciaron frente al dólar. Considerando todo lo anterior, para el presente año el equipo técnico del Banco aumentó el sendero supuesto de la tasa de interés de la Fed, redujo el pronóstico de crecimiento de la demanda externa del país, disminuyó la senda esperada del precio del petróleo y mantuvo elevado el supuesto de prima de riesgo país, pero en niveles algo inferiores a los proyectados en el Informe anterior. Además, en este Informe se considera que las presiones inflacionarias acumuladas originadas por el comportamiento de la tasa de cambio continuarían siendo importantes. Recientemente las condiciones financieras externas que enfrenta la economía han mejorado y podrían estar asociadas con un contexto internacional más favorable para la economía colombiana. En lo corrido del año se ha observado una reducción en las tasas de interés de los bonos a largo plazo en los mercados de países desarrollados y un aumento en los precios de activos riesgosos, como las acciones. Esto estaría asociado con una reducción de la inflación en los Estados Unidos y Europa más rápida de lo previsto, lo que permitiría una trayectoria menos restrictiva de la política monetaria en esas regiones. En este contexto, los riesgos de recesión mundial se han reducido y el apetito global por riesgo ha aumentado. Consecuentemente, la prima de riesgo continúa reduciéndose, el peso colombiano se ha apreciado significativamente y las tasas de interés de los TES han disminuido. De consolidarse esta tendencia, las presiones inflacionarias de la tasa de cambio podrían ser menores de lo incorporado en el pronóstico macroeconómico. La incertidumbre sobre los pronósticos externos y sobre su impacto en el país se mantiene elevada, dada la imprevisible evolución de la guerra en Ucrania, las tensiones geopolíticas, la incertidumbre local y las amplias necesidades de financiamiento del Gobierno y la economía. La alta inflación con pronósticos y expectativas superiores al 3 %, los excesos de demanda y un mercado laboral apretado son compatibles con una postura de la política monetaria en terreno contractivo que propenda por el ajuste macroeconómico necesario para mitigar el riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación y garantizar la convergencia de la inflación a la meta. Frente a las proyecciones del Informe de octubre, la demanda interna ha sido más dinámica, con un mayor nivel observado del producto que supera la capacidad productiva de la economía. En este contexto de excesos de demanda, la inflación total y la inflación básica mantuvieron su tendencia creciente y registraron aumentos sorpresivos. Las tasas de interés internacionales observadas y esperadas aumentaron, la prima de riesgo país se moderó, pero se mantiene en niveles altos, y las presiones cambiarias acumuladas continúan siendo importantes. El pronóstico de inflación para 2023 del equipo técnico aumentó y las expectativas de inflación siguen muy por encima del 3 %. Con todo lo anterior, persiste el riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación, lo que acentuaría el proceso de indexación generalizado y alejaría aún más la inflación de la meta. Este contexto macroeconómico requiere consolidar una postura contractiva de la política monetaria que propenda por el cumplimiento de la meta de inflación en el horizonte de pronóstico y lleve el producto de la economía a niveles más cercanos a los de su potencial. 1.2 Decisión de política monetaria En las reuniones de diciembre de 2022 y enero del presente año la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió continuar con el proceso de normalización de la política monetaria. En dichas reuniones la JDBR decidió por mayoría incrementar la tasa de política monetaria en 100 puntos básicos (pb) y 75 pb, respectivamente, llevándola al 12,75 %. Recuadro 1 - Tarifas de energía eléctrica: evolución reciente e indexación Autores: Édgar Caicedo García, Pablo Montealegre Moreno y Álex Fernando Pérez Libreros Recuadro 2 - Indicadores del endeudamiento de los hogares Autores: Camilo Gómez y Juan Sebastián MariñoReportes, Boletines e Informes. 2023-01-30Informe de Política Monetaria - Enero 2023Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Enero de 2020(Banco de la República) Equipo Técnico; Gerencia Técnica; Vargas-Herrera, Hernando; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Ospina-Tejeiro, Juan José; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cote-Barón, Juan Pablo; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pulido-Mahecha, Karen L.; Garavito-Acosta, Aarón Levi; Calderón-López, Luis Hernán; González, Camilo; Salazar-Diaz, Andrea; Galeano-Ramírez, Franky; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Parra-Amado, Daniel; Hamann-Salcedo, Franz Alonso; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Romero-Chamorro, José Vicente; Forero-Alvarado, Santiago; Moreno-Arias, Nicolás; De Castro-Valderrama, Marcela; Naranjo-Saldarriaga, Sara; Guarín-López, Alexander; Anzola, César; Méndez-Vizcaíno, Juan CamiloDe acuerdo con el mandato constitucional, el Banco de la República debe “velar por mantener el poder adquisitivo de la moneda, en coordinación con la política económica general”[1]. Para cumplir con este mandato, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) adoptó como estrategia un esquema flexible de inflación objetivo, en el cual las acciones de política monetaria (PM) buscan conducir la inflación a una meta puntual y alcanzar el nivel máximo sostenible del producto y del empleo. La flexibilidad del esquema le permite a la JDBR mantener un balance apropiado entre el logro de la meta de inflación y el propósito de suavizar las fluctuaciones del producto y el empleo alrededor de su senda sostenible. La JDBR estableció una meta de inflación del 3%, planteada sobre la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC). En el corto plazo la inflación puede ser afectada por factores que están fuera del control de la PM, como por ejemplo cambios en los precios de los alimentos debido a fenómenos climáticos. Para incorporar lo anterior, la JDBR anuncia, junto con la meta, un rango de ±1 punto porcentual (3 ±1 pp), el cual no es un objetivo de la PM, pero refleja el hecho de que la inflación puede fluctuar alrededor de la meta, sin pretender que sea siempre igual al 3%. El principal instrumento que tiene la JDBR para el control de la inflación es la tasa de interés de política (tasa repo a un día o tasa de interés de referencia). Dado que las acciones de PM toman tiempo en tener un efecto completo sobre la economía y la inflación[2], para fijar su valor la JDBR evalúa el pronóstico y las expectativas de la inflación frente a la meta, así como el estado actual y las perspectivas sobre la evolución de la economía. La JDBR se reúne una vez al mes, pero solo en ocho meses sesiona de forma ordinaria para tomar decisiones de PM (enero, marzo, abril, junio, julio, septiembre, octubre y diciembre). En los cuatro meses restantes (febrero, mayo, agosto y noviembre) no se toman, en principio, decisiones de este tipo[3]. Al finalizar las Juntas donde se toman decisiones de PM, se publica un comunicado y se hace una rueda de prensa a cargo del gerente general del Banco y el ministro de Hacienda. El siguiente día hábil se publican las minutas de la Junta, donde se describen las posturas que llevaron a adoptar la decisión. Adicionalmente, en enero, abril, julio y octubre se publica, junto con las minutas, el Informe de Política Monetaria (IPM)[4] realizado por el equipo técnico del Banco: el miércoles de la semana siguiente a la Junta el gerente general aclara inquietudes sobre las minutas y el gerente técnico del Banco presenta el IPM. Este esquema de comunicación busca entregar información relevante y actualizada que contribuya a la toma de mejores decisiones por parte de los agentes de la economía[5]. ___________ 1 - Constitución Política de Colombia (1991), artículo 373 y Sentencia C-481/99 de la Corte Constitucional. 2 - Para un mayor detalle véase M. Jalil y L. Mahadeva (2010). “Mecanismos de transmisión de la política monetaria en Colombia”, Universidad Externado de Colombia, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, ed. 1, vol. 1, núm. 69, octubre. 3 - Un miembro de la Junta puede solicitar en cualquier momento una reunión extraordinaria para tomar decisiones de PM. 4 - Antes conocido como Informe sobre Inflación. 5 - El actual esquema de comunicación fue aprobado por la JDBR en la reunión de agosto de 2019.Recuadro 1. Nuevas estimaciones del PIB potencial (tendencial) y la brecha del producto en Colombia. Autores: Leonardo Bonilla Mejía, José David PulidoRecuadro 2. Los alimentos lideraron la inflación en 2019. Autores: Edgar Caicedo G., Nilson Felipe Lizarazo B., Eva María Ramírez G.Reportes, Boletines e Informes. 2020-02-03Informe de Política Monetaria - Enero de 2020Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Enero de 2021(Banco de la República) Equipo Técnico; Gerencia Técnica; Vargas-Herrera, Hernando; Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Ospina-Tejeiro, Juan José; Departamento de Programación e Inflación; Huertas-Campos, Carlos Alfonso; Sección de Inflación; Cobo-Serna, Adolfo León; Caicedo-García, Edgar; Cote-Barón, Juan Pablo; Martínez-Cortés, Nicolás; Rojas, Carlos Daniel; Pulido-Mahecha, Karen L.; Sección de Programación Macroeconómica; Garavito-Acosta, Aarón Levi; Calderón-López, Luis Hernán; González, Carlos; Salazar-Diaz, Andrea; Galeano-Ramírez, Franky; Gaitán-Maldonado, Celina; Restrepo-Ángel, Sergio; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Hamann-Salcedo, Franz Alonso; Sección de Pronóstico; Pérez-Amaya, Julián Mauricio; Romero-Chamorro, José Vicente; Forero-Alvarado, Santiago; Moreno-Arias, Nicolás; De Castro-Valderrama, Marcela; Naranjo-Saldarriaga, Sara; Sección de Desarrollo de Modelos y Capacidades; Guarín-López, AlexanderDe acuerdo con el mandato constitucional, el Banco de la República debe “velar por mantener el poder adquisitivo de la moneda, en coordinación con la política económica general”. Para cumplir con este mandato, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) adoptó como estrategia un esquema flexible de inflación objetivo, en el cual las acciones de política monetaria (PM) buscan conducir la inflación a una meta puntual y alcanzar el nivel máximo sostenible del producto y del empleo. La flexibilidad del esquema le permite a la JDBR mantener un balance apropiadoentre el logro de la meta de inflación y el propósito de suavizar las fluctuaciones del producto y el empleo alrededor de su senda sostenible. La JDBR estableció una meta de inflación del 3 %, planteada sobre la variación anual del índice de precios al consumidor (IPC). En el corto plazo la inflación puede ser afectada por factores que están fuera del control de la PM, como por ejemplo cambios en los precios de los alimentos debido a fenómenos climáticos. Para incorporar lo anterior, la JDBR anuncia, junto con la meta, un rango de ±1 punto porcentual (3 ±1 pp), el cual no es un objetivo de la PM, pero refleja el hecho de que la inflación puede fluctuar alrededor de la meta, sin pretender que sea siempre igual al 3 %. El principal instrumento que tiene la JDBR para el control de la inflación es la tasa de interés de política (tasa repo a un día o tasa de interés de referencia). Dado que las acciones de PM toman tiempo en tener un efecto completo sobre la economía y la inflación, para fijar su valor la JDBR evalúa el pronóstico y las expectativas de la inflación frente a la meta, así como el estado actual y las perspectivas sobre la evolución de la economía. La JDBR se reúne una vez al mes, pero solo en ocho meses sesiona de forma ordinaria para tomar decisiones de PM (enero, marzo, abril, junio, julio, septiembre, octubre y diciembre). En los cuatro meses restantes (febrero, mayo, agosto y noviembre) no se toman, en principio, decisiones de este tipo. Al finalizar las Juntas donde se toman decisiones de PM, se publica un comunicado y se hace una rueda de prensa a cargo del gerente general del Banco y el ministro de Hacienda. El siguiente día hábil se publican las minutas de la Junta, donde se describen las posturas que llevaron a adoptar la decisión. Adicionalmente, en enero, abril, julio y octubre se publica, junto con las minutas, el Informe de Política Monetaria (IPM) realizado por el equipo técnico del Banco: el miércoles de la semana siguiente a la Junta el gerente general aclara inquietudes sobre las minutas y el gerente técnico del Banco presenta el IPM. Este esquema de comunicación busca entregar información relevante y actualizada que contribuya a la toma de mejores decisiones por parte de los agentes de la economía.Recuadro 1. Expectativas macroeconómicas: análisis de la Encuesta mensual de expectativas de analistas económicos. Autores: Hernando Vargas, Alexander Guarín, Anderson Grajales, César Anzola, Jonathan MuñozReportes, Boletines e Informes. 2021-02-01Informe de Política Monetaria - Enero de 2021Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Enero de 2022(Banco de la República, 2022-02-04) Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y Capacidades1.1 Resumen macroeconómico Múltiples factores incrementaron la proyección de la inflación en el horizonte de pronóstico y la mantuvieron por encima de la meta. Entre ellos, una inflación en diciembre (5,62 %) superior a la estimada, una indexación de varios grupos del índice de precios al consumidor (IPC) a una mayor inflación, un alto incremento real del salario mínimo legal (SML), una persistencia mayor de algunos choques alcistas de oferta interna y externa, y unas presiones provenientes de la tasa de cambio más acentuadas. En el cuarto trimestre el IPC de alimentos, impactado por la persistencia de choques de oferta internos y externos, fue el de mayor contribución a la sorpresa inflacionaria. Los ajustes en los precios de algunos servicios públicos y en los combustibles explicaron una aceleración mayor de la estimada en el grupo de regulados. A la sorpresa en el IPC de bienes sin alimentos ni regulados (SAR) contribuyeron un impacto menor que el estimado del día sin impuesto al valor agregado (IVA) sobre los precios y una mayor persistencia de las presiones externas, incluida la depreciación del peso. En contraste, el IPC de servicios SAR registró una aceleración menor que la proyectada, en parte por la fuerte competencia en el sector de comunicaciones, y fue el único gran grupo del IPC que se ajustó por debajo de la meta. El pronóstico de la inflación se revisó al alza debido a unos choques externos (precios, costos y depreciación) e internos (v. g.: alimentos cárnicos), los cuales han sido más fuertes y persistentes de lo estimado en el informe anterior. También, la inflación y el incremento real del SML fueron más altos de lo esperado, e impulsarían la inflación por sus efectos sobre la indexación en los precios, los costos laborales y las expectativas de inflación. Así, para finales de 2022 y 2023 la inflación llegaría al 4,3 % y 3,4 %, respectivamente, y para los mismos años la inflación básica (SAR) se situaría en el 4,5 % y 3,6 %. Estos pronósticos incorporan la reversión de algunos alivios asociados con la emergencia sanitaria, lo que contribuiría a sostener la inflación transitoriamente por encima de la meta en el horizonte de pronóstico. Las estimaciones presentan un amplio margen de incertidumbre asociado, principalmente, a la evolución futura de los choques de oferta externos e internos, y sus efectos sobre los precios. También incide en dicha incertidumbre la mayor volatilidad en los precios y en su medición por cuenta de la extensión de la emergencia sanitaria y los alivios de impuestos aprobados en la Ley de Inversión Social (v. g.: los días sin IVA). Adicionalmente, es incierta la magnitud de los efectos del incremento real históricamente alto del SML y de la alta inflación observada sobre las expectativas de inflación y la indexación. Finalmente, el tamaño de los excesos de capacidad productiva en la economía y la velocidad con la que estos se sigan reduciendo son otros factores de incertidumbre, en un entorno en el que la evolución de la pandemia sigue siendo un factor relevante de riesgo. La proyección de crecimiento para 2022 se revisó a la baja del 4,7 % al 4,3 %. Esto considerando que un componente mayor del buen comportamiento del consumo privado sería transitorio y que la inversión sería menos dinámica por cuenta de unas condiciones financieras menos holgadas y un entorno de alta incertidumbre. El crecimiento del PIB del tercer trimestre (12,9 %), similar al proyectado en octubre, y el pronóstico para el cuarto (8,7 %) reflejan una buena dinámica del consumo que se ha revisado al alza, jalonada tanto por el gasto privado como por el público; por su parte, el crecimiento de la inversión ha sido más débil de lo proyectado. En efecto, para el cuarto trimestre la información disponible sugiere que el gasto en consumo habría sido más fuerte que el estimado en octubre, por cuenta de tres meses consecutivos con días sin IVA, bajos contagios de Covid-19 e indicadores de movilidad similares a los de prepandemia. En contraste, la nueva información de lanzamientos e iniciaciones de vivienda y de importaciones de maquinaria y equipo indican que la inversión continuaría al alza, pero de forma más lenta que lo anticipado en el informe pasado. Las importaciones crecerían a una tasa alta, superior a la de las exportaciones, por lo cual el déficit comercial se ampliaría. Con todo esto, el equipo técnico estima que el crecimiento económico para el cuarto trimestre sería del 8,7 %, y del 9,9 % para todo 2021. Hacia 2022 ciertos factores seguirían contribuyendo a la recuperación del producto, aunque algunos de ellos con menos fuerza que lo estimado en el informe pasado. En el contexto externo, las condiciones financieras internacionales serían menos holgadas, la demanda externa seguiría recuperándose y los términos de intercambio continuarían al alza en un entorno de mayores precios proyectados del petróleo. A los efectos positivos de estos últimos factores se sumarían los de los avances en el programa de vacunación y las menores tasas de desempleo y su impacto positivo sobre el ingreso de los hogares, pese a que este se vería afectado por el aumento de la inflación. Se supone que los factores que han favorecido recientemente los altos niveles de consumo serían, en buena medida, transitorios y se registraría un menor crecimiento del gasto en este componente en 2022. Se espera que la formación bruta de capital se siga recuperando y se acerque a sus niveles prepandemia, pero a un ritmo más lento que en el informe pasado, debido a los menores niveles observados en este componente y los efectos de la incertidumbre política y fiscal. Adicionalmente, la tasa de interés de política sería menos expansiva, conforme se normalice la política monetaria. Con esto, se estima que el crecimiento para 2022 se desacelere al 4,3 % (antes 4,7 %), que en 2023 (3,1 %) continúe convergiendo a tasas más cercanas a su crecimiento potencial, y que los excesos de capacidad productiva se cierren a una velocidad similar a la prevista en el informe anterior . El déficit comercial se reduciría en el horizonte de pronóstico más de lo proyectado en el informe anterior, debido a una mayor dinámica esperada de las exportaciones y a una moderación en las importaciones. El pronóstico de crecimiento para 2022 tiene en cuenta una base baja de comparación en el primer semestre de 2021. No obstante, sobre este pronóstico de actividad económica persisten riesgos importantes a la baja. En primer lugar, no se suponen efectos significativos sobre la actividad económica de posibles nuevas olas de contagio del Covid-19. En segundo lugar, los altos niveles del consumo privado, que ya superan por amplio margen los registrados antes de la pandemia, podrían tener un comportamiento menos dinámico que el estimado. A esto se suma una normalización de la política monetaria en los Estados Unidos que podría ser más rápida que la prevista en este informe, con efectos negativos sobre el costo de financiamiento externo. Adicionalmente, la elevada incertidumbre sobre la duración de los choques de oferta y sobre el contexto macroeconómico y político podría afectar negativamente la recuperación de la inversión. La demanda externa relevante para el país continuaría recuperándose en un entorno de mayores presiones sobre la inflación global, de altos precios del petróleo y de condiciones financieras internacionales menos favorables que las estimadas en octubre. En 2021 el repunte de la actividad económica de los socios comerciales se dio en medio de la reapertura de los países y una amplia liquidez internacional, aunque el crecimiento se ha visto restringido por las disrupciones en las cadenas globales de suministro y rebrotes del virus. Con esto, se revisó el supuesto de crecimiento de los principales socios comerciales del país del 6,3 % al 6,9 % para 2021, y del 3,4 % al 3,3 % para 2022, y se estima que para 2023 se sitúe en el 2,6 %. En 2021 los términos de intercambio del país se han incrementado frente al año anterior debido, principalmente, a los aumentos en las cotizaciones del petróleo, café y carbón, a pesar de las alzas en los precios de los bienes y servicios que compra el país. Hacia adelante se revisó al alza la senda esperada para el precio del petróleo, debido, en parte, a restricciones de oferta y rezagos en la inversión en el sector, los cuales estarían superando las menores perspectivas de crecimiento en algunas de las principales economías. Los altos fletes, los mayores costos de las materias primas y las disrupciones en las cadenas de suministro continúan afectando la producción de bienes y generando incrementos en los costos en el mundo. Esto, junto con la recuperación de la demanda mundial, ha presionado al alza la inflación externa. En este entorno varios países emergentes continuaron normalizando su política monetaria. En los Estados Unidos, la Reserva Federal anticipó el fin de la compra de activos, al tiempo que el aumento de la inflación en diciembre (7 %) volvió a sorprender y el promedio del mercado ha venido revisando al alza sus pronósticos de inflación para 2022. Con esto se supone que el primer incremento de la tasa de política monetaria en ese país se anuncie durante el primer trimestre de 2022 y que haya un incremento trimestral durante el resto del año. Por su parte, las primas de riesgo soberano de Colombia se han incrementado y en este informe se supone una senda más alta para esta variable en el horizonte de pronóstico, en niveles que superan el promedio de los últimos quince años, debido, en parte, a los efectos de una política monetaria menos expansiva en los Estados Unidos y a la acumulación de desbalances macroeconómicos del país. Con todo esto, las condiciones financieras internacionales serían menos holgadas que lo previsto en el informe de octubre. El aumento del costo de financiamiento externo para Colombia podría ser mayor si las presiones alcistas sobre la inflación en los Estados Unidos persisten y resultan en una normalización de la política monetaria más rápida de lo considerado en este informe. Como se detalla en la sección 2.3, la incertidumbre sobre el contexto externo sigue siendo inusualmente elevada debido a las preocupaciones recientes por los impactos de las nuevas variantes del Covid-19, la persistencia de las disrupciones en las cadenas globales de suministro, los impactos de la crisis energética en algunos países, las crecientes tensiones geopolíticas y una mayor desaceleración de China, entre otros factores. El cambio del escenario macroeconómico hacia uno de mayor inflación y de riesgo sobre el anclaje de sus expectativas, implica que el espacio para mantener el estímulo monetario continúe reduciéndose. La recuperación de la demanda interna y el cierre de los excesos de capacidad productiva han sido acordes con lo proyectado en el informe de octubre. Esto ha venido acompañado de la materialización de algunos riesgos al alza sobre la inflación, de unas expectativas de inflación a mediano plazo que han aumentado y se sitúan por encima del 3 %, y de una postura de la política monetaria que se mantiene expansiva. Las fuertes presiones inflacionarias a nivel global y la sorpresa al alza del IPC de diciembre apuntan a unos efectos más persistentes de los choques de oferta. La inflación básica continúa por debajo del 3 %, pero con tendencia creciente. En el horizonte de política los pronósticos de la inflación total y básica aumentaron y se sitúan por encima de la meta hasta finales de 2023, al tiempo que la dinámica prevista de la demanda interna sería compatible con la presencia de bajos excesos de capacidad productiva de la economía. La acumulación de desbalances macroeconómicos del país y la mayor probabilidad de una normalización anticipada de la política monetaria en los Estados Unidos estarían presionando al alza la percepción de riesgo soberano de forma más persistente, con implicaciones sobre la tasa de cambio y la tasa de interés real neutral. A esto se suma la permanencia de las disrupciones de las cadenas internacionales de suministro, el histórico aumento real del SML y la indexación de varias canastas del IPC a inflaciones más altas, hechos que podrían afectar las expectativas de aumentos de precios y alejar la inflación de la meta de forma más persistente. Este conjunto de factores indica que el espacio para mantener el estímulo monetario continúa reduciéndose, en un contexto en el que la política monetaria sigue siendo expansiva. 1.2 Decisión de política monetaria La Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió continuar con el proceso de normalización de la política monetaria en sus reuniones de diciembre de 2021 y de enero de 2022. En dichas reuniones la JDBR decidió por mayoría incrementar la tasa de interés de política monetaria en 50 y 100 puntos básicos, respectivamente, llevándola al 4,0 % en su reunión de enero.Recuadro 1. Indicador común de expectativas de inflación para Colombia. Autores: Jonathan Muñoz - Alexander Guarín - Anderson Grajales-Olarte - Julián Mateus - Carlos Quicazán - Sebastián RojasRecuadro 2. Medición de las expectativas de inflación y su efecto sobre la dinámica inflacionaria en Colombia. Autor: Andrés Sánchez-JabbaRecuadro 3. Dinámica reciente del precio de la carne de res en Colombia. Autores: Margarita Gáfaro - Dairo Estrada - Alexander AlmeidaReportes, Boletines e Informes. 2022-01-31Informe de Política Monetaria - Enero de 2022Item Open AccessInforme de Política Monetaria - Enero de 2024(Banco de la República) Gerencia Técnica; Departamento de Programación e Inflación; Sección de Inflación; Sección de Programación Macroeconómica; Sección de Gestión del Proceso de Pronóstico; Departamento de Modelos Macroeconómicos; Sección de Pronóstico; Sección de Desarrollo de Modelos y CapacidadesLa inflación continúa descendiendo, pero sigue alta y distante de la meta del 3%. Se proyecta que la inflación se reduzca de forma significativa en 2024, en un contexto en el cual el crecimiento de la economía se mantendría bajo. En 2025 el crecimiento económico aumentaría, a medida que el consumo de los hogares y la inversión de las empresas cobren mayor dinamismo. La actual tasa de interés de política monetaria es compatible con la convergencia de la inflación a la meta del 3% a mediados de 2025 y con la recuperación del crecimiento económico el año próximo. La inflación continúa descendiendo, pero se mantiene muy por encima del 3%. Se proyecta que se reduzca de forma significativa en 2024 y converja a la meta en el primer semestre de 2025. • El aumento de los precios de la economía se sigue moderando, como lo ilustra la caída de la inflación anual del 11% al 9,3% entre septiembre y diciembre de 2023. • La reducción en la variación de los precios de los alimentos durante 2023 contribuyó de manera importante a la caída de la inflación. El comportamiento de los precios de los bienes también favoreció esta dinámica. • El descenso de la inflación se ha visto limitado por el comportamiento de los precios de los servicios, debido a que el consumo de servicios permanece en niveles altos y a que varios de sus precios se actualizan con base en las tasas altas de inflación registradas recientemente (indexación). El descenso de la inflación también se ha visto frenado por los necesarios incrementos en los precios de los combustibles. • Hacia adelante se espera que la inflación continúe reduciéndose y converja a la meta del 3% en el primer semestre de 2025. • A la reducción gradual de la inflación seguirían contribuyendo la ausencia de aumentos fuertes de la tasa de cambio junto con una menor inflación externa, las menores presiones de gasto sobre los precios por la desaceleración de la economía, y el efecto acumulado de las acciones de política monetaria del Banco de la República. • Persisten algunos riesgos que podrían hacer que la inflación se reduzca de forma más lenta de lo proyectado como, por ejemplo, a un aumento no esperado de la tasa de cambio o a efectos más fuertes del fenómeno de El Niño sobre los precios de los alimentos y la energía. La disminución de la inflación se daría en el contexto de un crecimiento económico que se mantendría bajo en 2024y se recuperaría en 2025. • A finales de 2023 la actividad económica habría continuado desacelerándose, reflejo de unos bajos niveles de inversión y, en menor medida, de una moderación en el consumo. • La tasa de desempleo continúa en niveles relativamente bajos, aunque en los últimos meses ha aumentado. • La economía seguiría con tasas de crecimiento bajas en 2024, lo que consolidaría el proceso de convergencia de la inflación hacia la meta. • Desde el segundo semestre de 2024 la economía se aceleraría y en 2025 alcanzaría niveles sostenibles, compatibles con su capacidad productiva. La postura de la política monetaria ha contribuido a la reducción de la inflación y de otros desequilibrios macroeconómicos del país. La inflación y sus expectativas han bajado, aunque continúan por encima de la meta del 3%, y la economía se ha desacelerado. En este contexto la Junta Directiva del Banco de la República redujo su tasa de interés de política monetaria del 13,25 al 12,75%. • Las decisiones de política monetaria del Banco de la República han favorecido la corrección de los desequilibrios macroeconómicos acumulados en los años recientes, como, por ejemplo, la inflación alta, los excesos de gasto y crédito, y el fuerte défict externo. • Con esto, el entorno macroeconómico ha evolucionado en la dirección requerida, por: • un ajuste de la actividad económica hacia niveles más compatibles con la capacidad productiva de la economía; • un balance de transacciones con el exterior más sostenible; y, • una disminución de la inflación y sus expectativas. • Dados estos resultados y en el contexto de una inflación decreciente y un crecimiento económico bajo, la Junta Directiva del Banco de la República redujo la tasa de interés de política monetaria en 25 puntos básicos en sus reuniones de diciembre de 2023 y enero de 2024, llevándola al 12,75%. • Esta tasa de interés reconoce la disminución de la inflación y sus expectativas, y busca la convergencia de la inflación a la meta del 3% a mediados de 2025, así como el logro de una senda de crecimiento económico sostenible en el tiempo. Recuadro 1 - Pulso Económico Regional: indicadores de alta frecuencia y corto rezago para comprender las economías locales - Autores: Dora Alicia Mora Pérez, Diana María Cortázar Gómez, Carolina Ramírez Rodríguez y Antonio José Orozco GalloRecuadro 1 - Pulso Económico Regional: indicadores de alta frecuencia y corto rezago para comprender las economías localesReportes, Boletines e Informes. 2024-02-02Informe de Política Monetaria - Enero de 2024